Pocas películas han capturado la imaginación del público y redefinieron las posibilidades del cine como Steven Spielberg Y el alienígena. Lanzado en 1982, la obra maestra de Spielberg trascendió sus raíces de ciencia ficción para convertirse en una piedra de toque cultural que cambió la forma en que Hollywood se acercó al entretenimiento familiar. Primero, los efectos prácticos revolucionarios de la película de Carlo Rambaldi dieron vida y con detalles tan convincentes que el público olvidó que estaban viendo una animatrónica. Más allá de sus logros técnicos, Y ha revolucionado el cine familiar al negarse a hablar con su audiencia joven, tratando sus emociones y experiencias, más bien con un profundo respeto y comprensión. Fue posible porque, a través de la historia de un niño suburbano solitario y su extraordinaria amistad con un extraterrestre bloqueado, Spielberg ha diseñado una historia profundamente personal que resuena con la conexión universal, el crecimiento y los temas mágicos que existe en la vida diaria.
Videos de comicbook.com
Gracias a una dirección magistral, una narración y actuaciones íntimas que parecen auténticas, Spielberg ha creado una síntesis perfecta de artesanías técnicas y la profundidad emocional que continúa moviendo a los espectadores cuatro décadas después. Estas tres escenas ilustran perfectamente por qué Y el alienígena es tan bueno.
La primera reunión de Elliott con y
La maravilla de Y Comienza en un patio suburbano, donde el joven Elliott (Henry Thomas) está investigando ruidos extraños del hangar de herramientas de su familia. La construcción de Spielberg de esta primera reunión muestra por qué el director no tiene rival para capturar la maravillosa infancia en la película. Por ejemplo, cuando Elliott lanza un béisbol en la oscuridad, y regresa misteriosamente, Spielberg crea un momento de magia pura que se basa en experiencias universales de la infancia para estudiar lo desconocido. La revelación de y él mismo (irradiado por el trabajo vocal distintivo de Pat Welsh) es una clase magistral en el diseño de criaturas y los efectos prácticos: la piel arrugada del extranjero, el cuello alargado y los enormes ojos azules lo hacen tanto otro mundo como emocionalmente expresivo. La secuencia de las piezas de Reese de la noche siguiente se basa perfectamente en esta base, mostrando los tres dedos de los tres dedos de y después del camino de dulces antes de este momento crucial cuando Elliott ofrece dulces de su mano, su conexión con el corazón de la luz de la luz de El corazón se forma mientras el puntaje de John Williams se hincha de posibilidad.
[RELATED: I Think This Is Steven Spielberg’s Most Underrated Movie]
Vuelo en bicicleta
Mientras que la imagen de Elliott y Silhoueted Against the Moon se ha convertido en uno de los planes más emblemáticos del cine, toda la secuencia de vuelo de bicicletas presenta a Spielberg que funciona en la cima absoluta de sus poderes. La escena comienza a encontrar un peligro urgente mientras los niños huyen de los agentes del gobierno, pero se convierten en algo trascendente cuando y usa sus poderes telequinéticos para levantar sus bicicletas en el aire. El puntaje de John Williams aumenta para cumplir con el momento, creando una vaga de alegría pura que captura perfectamente el exacto del vuelo. El trabajo de los efectos prácticos sigue siendo increíblemente convincente, pero es la base emocional que hace que esta escena aumente. En esta etapa de la película, estamos muy interesados en la amistad de Elliott y que su triunfo se siente ganado. Como tal, el robo representa todo lo que el cine puede ser: una fusión perfecta del espectáculo visual, la partitura musical y la inversión de los personajes que crea una película pura de película.
Duramen para y
Mientras el barco y desciende al claro del bosque, bañando todo en la etérea luz azul, Spielberg comienza a orquestar una sinfonía de emociones. El poder de la escena radica en su atención particular a cada relación que y se ha formado. Su despedida a Gertie (Drew Barrymore), haciendo que su dedo brille una última vez mientras le dice que “sea bueno”, reconoce su vínculo especial. Su abrazo con Michael muestra cómo los escépticos incluso lo amaban. Pero es el último momento de y con Elliott que consolida la herencia de la película. Cuando y se extiende el cuello para tocar la frente de Elliott y dice: “Estaré aquí”, Spielberg captura algo profundo en el amor, la pérdida y el crecimiento. Thomas ofrece una de las mejores actuaciones de los niños jamás filmados, su rostro transmite una mezcla visceral de alegría y tristeza. Finalmente, el Rainbow Trail Ship and Sede Beard es una metáfora visual perfecta para la belleza que emerge de la tristeza. Esta escena funciona porque Spielberg confía en su audiencia, joven y viejo, para gestionar emociones complejas, mostrando cómo el amor trasciende la presencia física.