El enfoque de Netflix hacia la realización cinematográfica incluye una directiva inesperada: asegurarse de que los espectadores puedan seguir la trama mientras doblan la ropa o navegan en su teléfono. Según una encuesta realizada por n+1 Revista, varios guionistas que han colaborado con la plataforma de streaming revelan un sorprendente mandato de los ejecutivos de Netflix. ¿El requisito? Los personajes deben declarar explícitamente sus acciones e intenciones para adaptarse a los espectadores distraídos que podrían ver las películas como ruido de fondo.
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Este enfoque poco convencional del diálogo se hace evidente en publicaciones recientes como deseo irlandés. Según el artículo, la comedia romántica de Lindsay Lohan demuestra esta exposición autoritaria cuando su personaje ofrece líneas que suenan más a resúmenes de la trama que a una conversación natural.
“Pasamos un día juntos. Admito que fue un hermoso día lleno de vistas dramáticas y lluvia romántica, pero eso no te da derecho a cuestionar mis elecciones de vida”, dice el personaje de Lohan en la película. “Mañana me casaré con Paul Kennedy”.
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La respuesta de su compañero de escena ilustra aún más este enfoque de mano dura: “Muy bien. Esta será la última vez que me vean, porque una vez terminado este trabajo, me dirijo a Bolivia para fotografiar un lagarto arbóreo en peligro de extinción. Este tipo de diálogo sirve menos para desarrollar el carácter que para servir como puntos de referencia de audio para los espectadores que pueden realizar múltiples tareas.
Esta estrategia se alinea con lo que los observadores de la industria han denominado “visualización casual”, uno de los treinta y seis mil microgéneros de Netflix típicamente reservados para “comedias de televisión, reality shows y documentales sobre la naturaleza”. N+1 dicho El reportero de Hollywood reconoció recientemente esta tendencia en su revisión de Atlasdescribiendo el proyecto de ciencia ficción de Jennifer Lopez de 2024 como “otra película de Netflix diseñada para verse a medias mientras se lava la ropa”.
La adopción de la visualización en segundo plano por parte del gigante del streaming representa un alejamiento significativo del cine tradicional, donde la participación de la audiencia es primordial. En lugar de crear escenas que exijan atención, Netflix parece diseñar deliberadamente contenido que se adapta al enfoque compartido, lo que n+1 Descrito como “Cinema Tide Pod”: productos de alto brillo que se disuelven en el aire. Este enfoque va más allá del diálogo para influir en toda la filosofía de producción de la plataforma. Se sabe que los ejecutivos de alto nivel de Netflix dan luz verde a proyectos sin leer guiones, tratando el contenido más como entretenimiento ambiental que como arte narrativo. Cindy Holland, la primera empleada contratada por Ted Sarandos, quien eventualmente se desempeñó como vicepresidente de contenido original, comparó una vez su estrategia de contenido con “palear carbón en la puerta lateral de la casa”.
Las fuentes dijeron al medio que al menos dos ejecutivos de alto nivel de Netflix se han hecho conocidos por dar luz verde a proyectos sin leer los guiones en absoluto, lo que sugiere una devaluación sistemática de la calidad narrativa a favor de la cantidad. La plataforma parece centrarse menos en crear cine memorable y más en mantener un flujo constante de contenido digerible que pueda desaparecer en la vida diaria de los espectadores. A medida que la transmisión continúa dominando el entretenimiento en el hogar, este cambio hacia la visualización distraída podría indicar un cambio fundamental en la forma en que se cuentan las historias. La pregunta sigue siendo si esto representa una evolución o una erosión de la forma de arte: la creación de contenido diseñado específicamente no para atraer la atención sino simplemente para ocuparla.